PORQUE EL ESTADO DEBE INVERTIR EN PREVENIR TORTURA Y MALOS TRATOS

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Por: Odalis Nájera, Comisionada del MNP-CONAPREV /Honduras

“ Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo siendo maltratados” Hebreos 13-3

Los términos de tortura y malos tratos que hoy por hoy forman parte de nuestro derecho interno y del derecho internacional, parece no tener la importancia que se merece, y que por lo tanto debe ser objeto de estudio a nivel de la academia, e incorporarse en la agenda nacional; no cabe duda cuando el banquero Suizo don Jean-Jacques Gautier, Doña Elizabeth Odio en Costa Rica y todos aquellos hombres y mujeres que desde Europa hasta América, iniciaron movimientos y gestiones tendientes a colocar el tema de prevenir la horrenda práctica de la tortura y los malos tratos en la agenda de los Estados, fueron usados sin proponérselo, por ese ser supremo que para mi se llama Dios.v

El MNP CONAPREV, es una instancia de prevención y de diálogo, no de denuncia ni condena pública.-

 Su labor es poner en práctica un sistema de visitas sin previo aviso y sin presencia de autoridades, que le permita conocer de primera mano las condiciones de las personas privadas de libertad, así como las buenas o malas prácticas de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, funcionarios de salud, educación, funcionarios judiciales, funcionarios de instituciones vinculadas al trabajo con personas privadas de libertad, emitiendo recomendaciones, propuestas y observaciones, a partir de los hallazgos encontrados. 

Su labor solo se convierte en reactiva y protectora cuando a partir de los hallazgos encontrados, inicia diálogos constructivos con las autoridades encargadas de la guarda y custodia de las personas privadas de libertad, pero también con las personas privadas de libertad y sus familiares; con diversos sectores de la sociedad, pero sobre todo con los tomadores de decisiones al más alto nivel en procura de encontrar soluciones al caso concreto pero también a las causas estructurales de la tortura y los malos tratos. 

Es sumamente importante destacar que cuando de prevenir tortura y malos tratos se habla, no debe pensarse únicamente en personas privadas de libertad guardando prisión en las cárceles y centros de menores infractores; sino también en aquellas personas que se encuentran en los hospitales, sobre todo en los psiquiátricos, postas policiales, y estaciones migratorias, quienes también son personas privadas de libertad.

 Este es el concepto de privación de libertad que maneja el Sistema de Naciones Unidas, al sazón una justificación más de la que nadie puede abstraerse, y menos los gobiernos, de invertir en prevención de la tortura, sabiendo que lo más valioso, lo más hermoso, lo más cristiano y lo más humano es precisamente invertir en el ser humano sin importar su condición.

 El momento de invertir en tortura y malos tratos es ahora; teniendo claro en primer lugar, que es necesario integrar los diversos sectores que convergen alrededor de la privación de libertad.

 El trabajo de prevención con estas personas no se agota construyendo mas cárceles; ni siquiera construyendo más hospitales, o más postas policiales; el trabajo de prevención con personas privadas de libertad se resuelve gradualmente, integrando todos los sectores que convergen alrededor del tema, tomando decisiones integrales e integradoras; decisiones que no solo tienen que ver con que la investigación del delito sea más efectiva, o con que los procesos judiciales y administrativos sean más expeditos.

- Para las personas privadas de libertad, la prevención va más allá. 

Se trata que la Secretaría de Salud vaya a los centros de privación de libertad con programas de prevención de enfermedades y con medicinas; 
Se trata quea Secretaría de Educación enseñe educación formal de calidad, en cárceles y centros de menores en conflicto con la ley o en vulneración de derechos. 

Se trata de que el Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP) y el Instituto Hondureño de drogadicción y farmacodependencia (IHADFA) por ejemplo, lleguen a estas poblaciones, sabiendo que después de todo las necesidades de estas personas no son distintas a las necesidades que vive el resto de la población hondureña.

 El tema que internacionalmente ocupa gran relevancia, parece no cuajar en la agenda nacional; el estado se compromete con los organismos regionales y universales, pero no proporciona las herramientas básicas al CONAPREV, Mecanismo Nacional de Prevención de Tortura, ni a las instituciones que tiene que ver con la tutela efectiva de estas personas; es impensable que nuestros líderes piensen en el retorno de la inversión y, menos aún en el riesgo que corremos todos cuando no se invierte en las poblaciones privadas de libertad, sabiendo que toda persona privada de libertad conserva una gama de Derechos que le son inherentes; que algunos derechos solamente se le han restringido o suspendido cuando han sido sentenciados en el caso de los infractores, personas que tarde o temprano retornarán a la sociedad, y con ellos las consecuencias de haber o no trabajado por ellos y con ellos.

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